jueves, 4 de diciembre de 2014

Sexualidad


SEXUALIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

  



 Resumen: La sexualidad, como aspecto fundamental de la vida humana, muchas veces se ha visto tergiversada dentro de nuestra cultura. En este sentido, los medios de comunicación están cumpliendo el rol de formadores de pensamientos y actitudes, transmitiendo cierto tipo de discursos que podrían atentar contra una adecuada educación sexual. En el presente ensayo, se analiza cuáles son esos discursos y la manera en que los medios comunicacionales, junto con la publicidad, fomentan una cognición determinada de la sexualidad.

María Eliana Huerta Escobar
Alumna de Fonoaudiología
Universidad de Valparaíso


       
Sin duda, en la infancia y la adolescencia  el papel educador de los padres o cuidadores es fundamental, sin embargo, el fácil acceso a medios comunicacionales como el internet y la televisión, también genera una gran influencia en niños y jóvenes. Y ojo, que de ello tampoco escapamos los adultos. Basta observar la gran cantidad de programas de televisión en los cuales el cuerpo de la mujer es exhibido como un adorno más, enfatizando sus “atributos” físicos  para conseguir una mayor audiencia, junto a la publicidad sexista que a ellos acompaña, para preguntarse ¿cuán sano es el concepto de sexualidad que nos presentan los medios de comunicación?


Para nadie es un secreto que los medios de comunicación son atractivos y dinámicos, logrando captar nuestra atención, al punto de influir notoriamente en numerosos aspectos de nuestra vida (sino en todos); entre ellos la manera en que percibimos y vivimos nuestra sexualidad. Tal como señala Hernán Montenegro (1980) en su libro TV: ¿comunicación o contaminación?, “los programas de TV nos someten a un verdadero bombardeo de estímulos que exaltan sólo el aspecto físico de la sexualidad, lo cual constituye una distorsión de la realidad”. Se distorsiona la realidad al presentar a la sexualidad desvinculada del afecto y el respeto, mostrándola como un comportamiento impulsivo y solamente ligado a la diversión.

De acuerdo a Dominick (2002; cit, en Rivera, 2007) los adolescentes, en su proceso de desarrollo, están inmersos en un mundo social del cual adoptan diferentes conductas y valores de los grupos que los rodean, a éste proceso se le llama socialización. Según Rivera, algunos agentes de socialización son los medios de comunicación masiva, la experiencia personal, la escuela, los padres, hermanos y amigos. Los medios, especialmente la televisión, se pueden convertir en importantes agentes de socialización al determinar las actitudes de los jóvenes.

Si pensamos que, tal como afirma Bandura (cit. en Papalia, 2009), la mayor parte del comportamiento humano es aprendido a  través de la observación, claramente los personajes televisivos pueden constituir modelos de conducta para los niños y jóvenes que se encuentran construyendo cogniciones respecto a la sexualidad. Muchas veces existe un sentimiento de admiración hacia tales modelos, lo que los convierte en figuras significativas que los niños y adolescentes querrán imitar.

Otro medio de comunicación muy utilizado hoy en día es el internet, el cual puede ser usado como herramienta por algunas personas que se ocultan tras el teclado para mantener el anonimato de sus acciones, pudiendo aprovecharse sexualmente de otros, por lo general niños y jóvenes, que no conocen los riesgos de tales conductas o no saben cómo negarse a ese tipo de ataques. El internet, además, se ha convertido en una gran fuente de pornografía. Si a ello agregamos el fácil acceso a internet que la mayoría de los menores poseen en la actualidad, sumado a una falta de supervisión por parte de los adultos, tenemos que muchos niños pueden estar accediendo a contenidos que no son pertinentes a su edad y que podrían afectarlos negativamente en su psicología y comportamiento.


 Y claro, la pornografía tampoco representa una sexualidad sana para los adultos, ya que, por un lado, reduce a las mujeres a objetos sexuales, definiendo su sexualidad solamente “en relación con la capacidad de despertar el deseo sexual en los hombres” (Martínez, A., 2010) sustentando, de este modo, el sexismo. Por otro lado, los hombres también se ven afectados por el prototipo de sexualidad que la pornografía ofrece, al tomar como conductas sexuales ideales lo que ven en pantalla. Lo anterior tal vez provoque que tanto mujeres como hombres se planteen la sexualidad como una exigencia más, dejando de lado lo que para cada uno es placentero en realidad (al intentar emular el acto sexual representado en la pornografía).

Dentro de los medios de comunicación tradicionales se encuentra la radio. A ella me referiré en cuanto a las canciones que se difunden como moda. Para mí, y supongo que para muchos más, uno de los géneros musicales más explícitamente machistas es el reggaetón: sus letras difunden mensajes donde la mujer es objeto sexual y además de ello se incitan conductas de sumisión y violencia, con frases como “a ella le gusta que la azoten”, agárrala, pégala, azótala”, etc. Esto contribuye aun más a la idea misógina de considerar a la mujer como un ser inferior al hombre, que merece y gusta de ser maltratada.

Como todos sabemos, los medios comunicacionales se encuentran íntimamente ligados a la publicidad, la cual por su parte suele recurrir al uso de la sexualidad como estrategia de marketing. Al observar distintos anuncios publicitarios, podemos darnos cuenta de ello y la manera en que se estereotipan los roles de género. Es así como por lo general la imagen del hombre se relaciona con acciones referentes a tomar decisiones difíciles, que requieren del uso del intelecto, en lugares como la oficina y desempeñando labores de gerentes, médicos, científicos, entre otras, vinculándolo de este modo al poder dentro de la sociedad. En cambio, la mujer se representa ligada a aspectos estéticos, de cuidados para el cuerpo, en lugares como el hogar o el supermercado, enfatizando  e idealizando mayormente la belleza en detrimento del intelecto.

Además, la mayoría de la gente que aparece en los avisos publicitarios, responde a un ideal de belleza cultural, siendo generalmente personas cuya apariencia dista  bastante de el/la chileno/a promedio, representando la felicidad de la vida mediante el éxito económico y un buen status social. Lo anterior obviamente influye en la manera en que nos percibimos a nosotros mismos e instaura el deseo de llegar a ser como aquellos modelos de éxito, con lo cual se genera la necesidad de comprar tales productos, llegando incluso a desencadenarse una constante insatisfacción personal al no poder obtener todo lo que nos ofrecen.

El siguiente es un video que muestra cómo los anuncios televisivos suelen representar los roles de género:



A su vez, la publicidad cosifica la sexualidad femenina, utilizando el cuerpo de la mujer como un objeto que acapara la atención. Algo que me llama bastante la atención, es el hecho de que muchas veces la imagen de la mujer se usa para publicitar productos  que por lo general no tienen relación con su cuerpo, sino que es utilizada sólo como un objeto de atracción erótica. Tal es el caso de los avisos que promocionan la venta de autos o bebidas alcohólicas, apuntando claramente hacia el sector masculino heterosexual, y que usan la imagen de la mujer o, peor aún, partes de su cuerpo, para incentivar el deseo hacia la compra del producto. Así, la mujer muchas veces es comparable al producto que se pretende vender, des-humanizándola.










Debido a todo lo anterior considero que la mayoría de los contenidos que los medios comunicacionales nos ofrecen, junto con la publicidad, van en detrimento de una concepción de sexualidad que considere a esta como un aspecto humano, no solamente ligado al cuerpo, sino que también involucre la emocionalidad, la identidad de los sujetos y una igualdad de género. Una buena forma de enfrentar esta situación  es entregando una adecuada educación sexual a niños y jóvenes, desde el hogar y además por medio de políticas públicas que la incentiven dentro de los establecimientos educacionales, fortaleciendo la capacidad de decidir con autonomía, responsabilidad, reflexividad e información. Hago énfasis en las generaciones más jóvenes ya que ellos constituyen el futuro de nuestra sociedad y, al recibir una adecuada formación en lo que a sexualidad respecta,  se podría poner fin a los pensamientos y conductas sexistas que presenciamos habitualmente en la actualidad. Por otro lado, los medios comunicacionales también pueden ser utilizados como plataforma para denunciar el sexismo que en ellos mismos se nos presenta, tal y como está ocurriendo a diario, ya que podemos acceder a distintas opiniones y de ese modo crear nuestra propia postura frente al tema.


Bibliografía:

  • Papalia, D. (2009) Psicología del Desarrollo. México: McGraw-Hill.
  • Rivera, M. (2007) La sexualidad y su significación en el cuerpo del adolescente. México: Miguel Ángel Porrúa.
  • Montenegro, H. (1980) TV: ¿comunicación o contaminación? Los efectos de la televisión en los niños. Santiago de Chile: Galdoc.






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