SEXUALIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Resumen: La sexualidad, como aspecto fundamental de la vida
humana, muchas veces se ha visto tergiversada dentro de nuestra cultura. En
este sentido, los medios de comunicación están cumpliendo el rol de formadores
de pensamientos y actitudes, transmitiendo cierto tipo de discursos que podrían
atentar contra una adecuada educación sexual. En el presente ensayo, se analiza
cuáles son esos discursos y la manera en que los medios comunicacionales, junto
con la publicidad, fomentan una cognición determinada de la sexualidad.
María Eliana Huerta Escobar
Alumna de Fonoaudiología
Universidad de Valparaíso
Sin duda, en la infancia y la adolescencia
el papel educador de los padres o
cuidadores es fundamental, sin embargo, el fácil acceso a medios comunicacionales
como el internet y la televisión, también genera una gran influencia en niños y
jóvenes. Y ojo, que de ello tampoco escapamos los adultos. Basta observar la gran
cantidad de programas de televisión en los cuales el cuerpo de la mujer es
exhibido como un adorno más, enfatizando sus “atributos” físicos para conseguir una mayor audiencia, junto a la
publicidad sexista que a ellos acompaña, para preguntarse ¿cuán sano es el
concepto de sexualidad que nos presentan los medios de comunicación?
Para nadie es un secreto que los
medios de comunicación son atractivos y dinámicos, logrando captar nuestra
atención, al punto de influir notoriamente en numerosos aspectos de nuestra
vida (sino en todos); entre ellos la manera en que percibimos y vivimos nuestra
sexualidad. Tal como señala Hernán Montenegro (1980) en su libro TV: ¿comunicación o contaminación?, “los
programas de TV nos someten a un verdadero bombardeo de estímulos que exaltan
sólo el aspecto físico de la sexualidad, lo cual constituye una distorsión de
la realidad”. Se distorsiona la realidad al presentar a la sexualidad
desvinculada del afecto y el respeto, mostrándola como un comportamiento
impulsivo y solamente ligado a la diversión.
De acuerdo a Dominick (2002;
cit, en Rivera, 2007) los adolescentes, en su proceso de desarrollo, están inmersos
en un mundo social del cual adoptan diferentes conductas y valores de los
grupos que los rodean, a éste proceso se le llama socialización. Según Rivera,
algunos agentes de socialización son los medios de comunicación masiva, la
experiencia personal, la escuela, los padres, hermanos y amigos. Los medios,
especialmente la televisión, se pueden convertir en importantes agentes de
socialización al determinar las actitudes de los jóvenes.
Si pensamos que, tal como afirma
Bandura (cit. en Papalia, 2009), la mayor parte del comportamiento humano es
aprendido a través de la observación, claramente los personajes
televisivos pueden constituir modelos de conducta para los niños y jóvenes que
se encuentran construyendo cogniciones respecto a la sexualidad. Muchas veces
existe un sentimiento de admiración hacia tales modelos, lo que los convierte
en figuras significativas que los niños y adolescentes querrán imitar.
Otro medio de comunicación muy utilizado
hoy en día es el internet, el cual puede ser usado como herramienta por algunas
personas que se ocultan tras el teclado para mantener el anonimato de sus
acciones, pudiendo aprovecharse sexualmente de otros, por lo general niños y
jóvenes, que no conocen los riesgos de tales conductas o no saben cómo negarse
a ese tipo de ataques. El internet, además, se ha convertido en una gran fuente
de pornografía. Si a ello agregamos el fácil acceso a internet que la mayoría
de los menores poseen en la actualidad, sumado a una falta de supervisión por
parte de los adultos, tenemos que muchos niños pueden estar accediendo a
contenidos que no son pertinentes a su edad y que podrían afectarlos
negativamente en su psicología y comportamiento.
Y claro, la pornografía tampoco representa una
sexualidad sana para los adultos, ya
que, por un lado, reduce a las mujeres a objetos sexuales, definiendo su
sexualidad solamente “en relación con la capacidad de despertar el deseo sexual
en los hombres” (Martínez, A., 2010) sustentando, de este modo, el sexismo. Por
otro lado, los hombres también se ven afectados por el prototipo de sexualidad
que la pornografía ofrece, al tomar como conductas sexuales ideales lo que ven
en pantalla. Lo anterior tal vez provoque que tanto mujeres como hombres se
planteen la sexualidad como una exigencia más, dejando de lado lo que para cada
uno es placentero en realidad (al intentar emular el acto sexual representado
en la pornografía).
Dentro de los medios de comunicación
tradicionales se encuentra la radio. A ella me referiré en cuanto a las
canciones que se difunden como moda. Para
mí, y supongo que para muchos más, uno de los géneros musicales más
explícitamente machistas es el reggaetón: sus letras difunden mensajes donde la
mujer es objeto sexual y además de ello se incitan conductas de sumisión y
violencia, con frases como “a ella le gusta que la azoten”, “agárrala, pégala,
azótala”, etc. Esto contribuye aun más a la idea misógina
de considerar a la mujer como un ser inferior al hombre, que merece y gusta de
ser maltratada.
Como todos sabemos, los medios
comunicacionales se encuentran íntimamente ligados a la publicidad, la cual por
su parte suele recurrir al uso de la sexualidad como estrategia de marketing. Al
observar distintos anuncios publicitarios, podemos darnos cuenta de ello y la
manera en que se estereotipan los roles de género. Es así como por lo general
la imagen del hombre se relaciona con acciones referentes a tomar decisiones
difíciles, que requieren del uso del intelecto, en lugares como la oficina y
desempeñando labores de gerentes, médicos, científicos, entre otras,
vinculándolo de este modo al poder dentro de la sociedad. En cambio, la mujer
se representa ligada a aspectos estéticos, de cuidados para el cuerpo, en
lugares como el hogar o el supermercado, enfatizando e idealizando mayormente la belleza en
detrimento del intelecto.
Además, la mayoría de la gente que
aparece en los avisos publicitarios, responde a un ideal de belleza cultural,
siendo generalmente personas cuya apariencia dista bastante de el/la chileno/a promedio,
representando la felicidad de la vida mediante el éxito económico y un buen status
social. Lo anterior obviamente influye en la manera en que nos percibimos a
nosotros mismos e instaura el deseo de llegar a ser como aquellos modelos de éxito, con lo cual se genera
la necesidad de comprar tales productos, llegando incluso a desencadenarse una
constante insatisfacción personal al no poder obtener todo lo que nos ofrecen.
El siguiente es un video que muestra cómo los anuncios
televisivos suelen representar los roles de género:
A su vez, la publicidad cosifica la
sexualidad femenina, utilizando el cuerpo de la mujer como un objeto que
acapara la atención. Algo que me llama bastante la atención, es el hecho de que
muchas veces la imagen de la mujer se
usa para publicitar productos que por lo
general no tienen relación con su cuerpo, sino que es utilizada sólo como un
objeto de atracción erótica. Tal es el caso de los avisos que promocionan la
venta de autos o bebidas alcohólicas, apuntando claramente hacia el sector
masculino heterosexual, y que usan la imagen de la mujer o, peor aún, partes de
su cuerpo, para incentivar el deseo hacia la compra del producto. Así, la mujer
muchas veces es comparable al producto que se pretende vender,
des-humanizándola.
Debido a todo lo
anterior considero que la mayoría de los contenidos que los medios
comunicacionales nos ofrecen, junto con la publicidad, van en detrimento de una
concepción de sexualidad que considere a esta como un aspecto humano, no
solamente ligado al cuerpo, sino que también involucre la emocionalidad, la
identidad de los sujetos y una igualdad de género. Una buena forma de enfrentar
esta situación es entregando una adecuada
educación sexual a niños y jóvenes, desde el hogar y además por medio de políticas
públicas que la incentiven dentro de los establecimientos educacionales, fortaleciendo
la capacidad de decidir con autonomía, responsabilidad, reflexividad e
información. Hago énfasis en las generaciones más jóvenes ya que ellos
constituyen el futuro de nuestra sociedad y, al recibir una adecuada formación
en lo que a sexualidad respecta, se
podría poner fin a los pensamientos y conductas sexistas que presenciamos
habitualmente en la actualidad. Por otro lado, los medios comunicacionales
también pueden ser utilizados como plataforma para denunciar el sexismo que en
ellos mismos se nos presenta, tal y como está ocurriendo a diario, ya que
podemos acceder a distintas opiniones y de ese modo crear nuestra propia
postura frente al tema.
Bibliografía:
- Papalia, D. (2009) Psicología del Desarrollo. México: McGraw-Hill.
- Rivera, M. (2007) La sexualidad y su significación en el cuerpo del adolescente. México: Miguel Ángel Porrúa.
- Martínez, A. (2010) La pornografía a debate. Notas sobre sexualidad e identidad de género en los argumentos feministas. [En línea] Obtenido desde http://www.nomadias.uchile.cl/index.php/NO/article/viewFile/15155/15571; visitado el 03 de diciembre de 2014
- Montenegro, H. (1980) TV: ¿comunicación o contaminación? Los efectos de la televisión en los niños. Santiago de Chile: Galdoc.
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